domingo, 29 de marzo de 2015

CUIDADOS EN LAS EMBARAZADAS EN LAS 38-40 SEMANAS DE GESTACIÓN EN SU INGRESO A LA SALA DE PARTO



El nacimiento es un proceso natural y trascendental en la vida de las mujeres, que conlleva cambios a nivel físico, psicológico y social para convertirse en madre, redefinir las relaciones familiares y tomar responsabilidad de cuidar y amar a su hijo.

El cumplimiento de las expectativas de cada gestante, el sentirse partícipe, poder decidir y mantener el control sobre el proceso del parto, son factores que se relacionan con su satisfacción por este evento, que solamente debe intervenirse para corregir desviaciones de la normalidad. El personal de enfermería tiene la responsabilidad de apoyar a la gestante y su familia durante el proceso del nacimiento, comprender cuáles son sus necesidades básicas, ofrecer un cuidado personalizado e integral; basado en la evidencia científica y respetuosa con el derecho a la información y la toma de decisiones que los derechos a la salud sexual y reproductiva. De esta manera las mujeres tendrán mayores posibilidades de tener nacimientos saludables en condiciones óptimas y seguras, vivir el parto como una experiencia positiva de crecimiento y maduración.






CUIDADOS DE LA MADRE EN LA SALA DE PARTO 


Se estandarizan en este protocolo las intervenciones que como mínimo han de llevarse a cabo tanto para el cuidado de la mujer como del neonato en la sala de partos. Se debe planificar y organizar todo lo relacionado con la atención del parto incluyendo la incubadora o el transportador de neonatos en casos de emergencias.

Implementar las medidas de evitar las hemorragias la hipertensión arterial y evitar las infecciones.


Apoyo Emocional: Proporcionar seguridad, aceptación y ánimo en momentos de tensión. 

  •  Comentar la experiencia emocional con el paciente.
  •  Tocar al paciente para proporcionarle apoyo.
  • Ayudar al paciente a reconocer sentimientos tales como la ansiedad, ira o tristeza.
  • Ayudar al paciente a que exprese los sentimientos de ansiedad, ira o tristeza.
  • Favorecer la conversación o el llanto como medio de disminuir la respuesta emocional.
  • Permanecer con el paciente y proporcionar sentimientos de seguridad durante los períodos de más ansiedad.
  •  Proporcionar ayuda en la toma de decisiones.


 Manejo del Dolor: Alivio del dolor o disminución del dolor a un nivel de tolerancia que sea aceptable para el paciente.

  •  Realizar una valoración exhaustiva del dolor que incluya la localización, características, aparición/duración, frecuencia, calidad, intensidad o severidad del dolor y factores desencadenantes.
  • Observar claves no verbales de molestias, especialmente en aquellos que no pueden comunicarse eficazmente.
  • Explorar el conocimiento y las creencias del paciente sobre el dolor.
  • Explorar con el paciente los factores que alivian/empeoran el dolor.
  • Proporcionar información acerca del dolor, tal como causas del dolor, el tiempo que durará y las incomodidades que se esperan debido a los procedimientos.
  • Seleccionar y desarrollar aquellas medidas (farmacológicas, no farmacológicas e interpersonales) que faciliten el alivio del dolor.


Monitorización Fetal Electrónica: Durante el Parto. Evaluación electrónica de la respuesta cardíaca fetal a las contracciones uterinas durante los cuidados del parto.

  • Realizar la maniobra de Leopold para determinar la posición fetal.
  • Asegurarse de los signos de frecuencias cardíacas normales, incluyendo características típicas como artefacto, pérdida de la señal con el movimiento fetal, frecuencia alta y aspecto irregular.
  • Interpretar la tira cuando ya se han obtenido al menos 10 minutos de trazado de la frecuencia cardíaca fetal y las señales de actividad uterina.
  • Registrar los cuidados relevantes durante el parto (exámenes, administración de medicamentos y signos vitales maternos) directamente en la tira de monitorización, si procede.
  • Retirar los monitores electrónicos, si es necesario caminar, después de verificar que el tarazado es normal (con seguridad).
  • Utilizar monitorización fetal intermitente o de telemetría, según disponibilidad, para facilitar la deambulación y comodidad maternas.
  •  Verificar las frecuencias materna y fetal antes de iniciar la monitorización fetal electrónica.


CONTROL Y SEGUIMIENTO DE LA PACIENTE 

  • Controlar signos vitales.
  • Vigilar los loquios para determinar el carácter, cantidad, olor y presencia de coágulos.
  • Masajear suavemente el fondo uterino si es necesario.
  • Intentar exprimir los coágulos hasta que el fondo uterino esté firme.
  • Poner al bebé contra el pecho para estimular la producción de oxitocina,
  • Vigilar es estado de episiotomía para ver si hay enrojecimiento,, edema, equimosis, supuración y aproximación.
  • Colocar una bolsa de hielo en el perineo después del parto para minimizar la inflamación.


Sutura: Aproximación de los bordes de una herida mediante material de sutura estéril y una aguja.·         

  • Identificar las alergias a anestésicos, esparadrapo, povidona y/u otras soluciones tópicas.
  • Utilizar una técnica estéril.
  • Administrar un anestésico tópico o inyectable en la zona, si procede.
  • Seleccionar un material de sutura del calibre adecuado.
  • Determinar el método de sutura (continuo o interrumpido) más adecuado para la herida.
  • Fijar la línea de sutura con nudos adecuados.
  • Enseñar al paciente a cuidar la línea de sutura, incluyendo los signos y síntomas de infección.


Ayuda en la Lactancia Materna: Preparación de la nueva madre para que dé el pecho al bebé.

  • Observar al bebé al pecho para determinar si la posición es correcta, si se oye la deglución y el patrón de mamar/deglutir.
  • Facilitar la comodidad y la intimidad de los primeros intentos de dar el pecho.
  • Enseñar a la madre la posición correcta que debe adoptar.
  • Enseñar a los cuidados de los pezones, incluida la prevención de grietas en los mismos.
  • Comentar la utilización de bombas de succión si el bebé no es capaz de mamar al principio.
  • Instruir a la madre sobre la manera de hacer eructar al bebé.



sábado, 28 de marzo de 2015

LA IMPORTANCIA DE LA ALIMENTACIÓN EN EL EMBARAZO




La alimentación en el embarazo  constituye un factor de riesgo muy importante tanto para el feto como para la madre. Llevando unos hábitos alimenticios saludables se pueden prevenir tanto infecciones como malformaciones, el riesgo de aborto, etc.


Las mujeres embarazadas son muy sensibles a los agentes de origen químicos y microbiológicos. Durante el embarazo se produce una disminución en el sistema inmunológico de la madre por lo que la hace más sensible a los agentes patógenos trasmitidos por los alimentos.

El objetivo es hacer una breve mención a las recomendaciones actuales en las mujeres embarazadas para prevención de patógenos y contaminantes trasmitidos a través de la alimentación.

En los resultados obtenidos en el informe de Zoonosis ACSA, los principales microorganismo patógenos de riesgo son:

Listeria, Salmonella, Toxoplasma y E. Coli. Según este estudio identifica como contaminante químico en la dieta el metilmercurio.

Las recomendaciones en la alimentación de la mujer embarazada:

La embarazada no debe comer crudo ningún alimento de origen animal en estas como las carnes, huevos, mariscos y pescado se debe calentarlo a más de grados.
Extremar la higiene tras la manipulación de alimentos crudos.
No ingerir ningún alimento elaborado con carne cruda.
Consumir de forma muy esporádica carne de hígado.
La dieta debe estar basada en el consumo de frutas y verduras.
Las frutas y la verduras se deben lavar con abúndate agua cuando se coman crudas.
Los lácteos deben ser preferentemente desnatados, y hay que evitar los quesos frescos o de pasta blanda.
Importante respetar las fechas de caducidad de los alimentos que estén refrigerados.
No consumir pescado ahumado.
Evitar consumir pescados con niveles relativamente altos de metilmercurio como por ejemplo pez espada.
No consumir más de un filete de atún en la semana.
Calentar los alimentos precocinados con una temperatura por encima de los 65 grados de temperatura.


Mediante esto se concluye que para un correcto desarrollo fetal es importante la prevención de estas enfermedades y con su correspondiente suplementación vitamínica.

Autor: Gwendolin Pérez Chanivet.





jueves, 26 de marzo de 2015

CASO CLÍNICO DE MUJER CON ABORTO REPETITIVO


Resumen


Se presenta el caso clinico de una mujer de 25 años con varios abortos de repetición espontáneos entre las 9-10 semanas de gestación. Tras estudios se llegó al diagnóstico de trombofilia: déficit de metilen tetrahidrofolato reductasa (MTHER).

Doctora Adela Sáez Zafra, Especialista en Cirugía General y Aparato Digestivo. Hospital Universitario San Cecilio; Granada.





Presentación Del Paciente


Se trata de una mujer de 25 años de edad con antecedentes personales previos de síndrome de ovario poliquístico, cefaleas, sin otros factores de riesgo cardiovascular y sin consumo de anticonceptivos. Intervenida de hernia umbilical y de displasia acetabular congénita de cadera.

Ha tenido varios episodios de abortos espontáneos precoces entre las 9-10 semanas de gestación.

Fue remitida al Servicio de Hematología, que realizó un estudio completo de coagulación.


Pruebas complementarias



  • Hemograma y bioquímica completa: normales
  • Hormonas tiroideas : normales
  • Sistemático de orina: normal
  •  ANA: normales.
  • Ácido fólico: 3.12ng/ml (4.2-19.9)
  • Vitamina B12 : 255.8 (dentro de valores normales)
  •  Anticoagulante lúpico: Negativo.
  • Anticuerpos anticardiolipina: normales
  • Antitrombina III: normal
  • Proteína S y C : normales
  • Prolactina, folitropina, lutropina, estradiol, progesterona : normal
  • Coagulación: normal
  • Hierro: 48
  • Ferritina: 83
  • Genética molecular: es heterocigoto para el Gen MTHFR (homocistinemia) y heterocigoto para el Gen Factor XII. No presenta mutación para el Gen Factor V Leiden y Gen Protrombina.
  • Homocisteína basal: 8 umol/l (4-15)

Por tanto se llegó al diagnóstico de heterocigota para el gen de MTHFR (metilentetrahidrofolato reductasa), y heterocigota para el Gen del Factor XII.



Evolución posterior


La paciente comenzó con un sangrado vaginal escaso rojo claro acudiendo al servicio de urgencias donde le realizaron test de embarazo que fue positivo y ecografía vaginal: sin sangrado activo, escasos restos hemáticos en vagina, útero en ante con saco gestacional en su interior de 13,5 mm. Anejos visibles normales. No liquido libre en Douglas.

Ante esta nueva gestación la paciente continuó con su tratamiento de ácido fólico a dosis de 5mg diarios y se inició tratamiento con heparina de bajo peso molecular a dosis de 60 mgr subcutánea cada 24 horas que posteriormente se fue reduciendo en dosis a medida que la gestación iba llegando a término.







Discusión


La trombofilia es una de las causas de pérdida gestacional recurrente, que describe una serie de condiciones en la que existe una tendencia incrementada a la formación de trombos.


El embarazo en sí mismo constituye un estado de hipercoagulabilidad por eso las embarazadas que presentan una trombofilia estarán más predispuestas a desarrollar trombosis.

Las trombofilias pueden ser hereditarias y adquiridas. Las hereditarias han aumentado en los últimos años: mutaciones del factor V Leiden, la protrombina y gen que codifica la enzima MTHFR (metilentetrahidrofolato reductasa), las deficiencias de los anticoagulantes naturales antitrombina III, proteína C y proteína S, las disfibrinogenemias y la homocistinuria.

En las trombofilias adquiridas tenemos el síndrome antifosfolípido, la resistencia a la proteína C activada sin alteraciones en el gen del factor V y la hiperhomocisteinemia leve o moderada.

La metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR) es una enzima muy importante del metabolismo del folato, cataliza el paso de metilentetrahidrofolato a metiltetrahidrofolato (MTHF) que degrada la homocisteína. En el metabolismo de la homocisteína intervienen el ácido fólico, la vitamina B12 y la metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR).

La mutación más común de la metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR) es una sustitución de la citosina por la timina en el nucleótido 677, la mutación C677T, que origina una sustitución de valina por alanina en la enzima. Esta mutación (677C→T) produce una disminución de la actividad de la enzima, y cuando existe un déficit de folato se asocia a un aumento de los valores de homocisteína y a una mayor incidencia de episodios trombóticos.

El polimorfismo de la metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR se manifiesta por variantes con genotipo homocigoto (677TT) o heterocigoto (C677T). Estas variantes causan que la enzima sea termolábil y se reduzca su actividad, lo que puede causar un aumento en las concentraciones plasmáticas de la homocisteína. En los heterocigotos, el riesgo de padecer trombofilias es mucho menor al de los homocigotos. Es la causa más frecuente de hiperhomocisteinemia que predispone a eventos trombóticos y es un factor de riesgo para enfermedad coronaria.

Este trastorno se ha relacionado con un gran número de complicaciones obstétricas tales como: la presencia de anormalidades cromosómicas, así como también el desarrollo de malformaciones congénitas, la preeclampsia, aborto recurrente, retardo en el crecimiento, y mortinatos, la incidencia de trombofilia sobrepasa el 50%, siendo el Síndrome Antifosfolipídico la más frecuente.

En mujeres en riesgo es importante detectar trombofilias y así hacer profilaxis de trombosis durante el embarazo con heparina de bajo peso molecular.


Debemos sospechar una trombofilia en las siguientes circunstancias: Trombosis ocurridas a edades tempranas (menores de 40 años), en lesiones cutáneas inducidas por anticoagulante oral, evento tromboembólico idiopático o tromboembólico recurrente; trombosis en un sitio inusual (portal, mesentérico, etc.), historia familiar de trombofilia o de trombosis de repetición; paciente correctamente anticoagulado y recurrencia de trombosis; mujeres con abortos de repetición y trombosis tras ingesta de anticonceptivos orales.